Cuando somos pequeño, tenemos más facilidades para adquirir conocimientos.
Los niños aprenden más rápido que los adultos, no sienten vergüenza ni miedo a equivocarse, por eso se lanzan a hablar en otro idioma aunque no lo dominen.
Pueden aprenderlo como si este fuera su lengua materna, hasta los 7 años de edad.
Si se aprende a la vez que la lengua principal los niños adquieren mucha fluidez con ambos idiomas.
Tienden a traducir lo que quieren decir al primer idioma y esto les puede ocasionar confusión a la hora de expresarse. Solo necesitan seguir practicando y verán buenos resultados, conseguirán distinguir un idioma del otro en poco tiempo.
Hay muchísimas ventajas de aprender varios idiomas cuando eres pequeño:
- Conocimiento de otras culturas
- Niños más sociables y pérdida de la vergüenza
- Mayor creatividad
- Mejoría académica
- Mejoría en la comunicación y resolución de conflictos
- Agilidad, capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo
- Mejoría en la atención
Si os estáis planteando cuándo sería conveniente empezar a enseñar a un niño un segundo idioma, podéis hacerlo desde su nacimiento. Eso sí, todo es con constancia.
¡Ánimo padres! ¡Fomentemos el bilingüismo!
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